Conquistador del Perú
- Padres: Alonso de Acosta y María de Alor
Juan de Acosta nació en Villanueva de Barcarrota, Badajoz, probablemente antes de 1515.
Hijo de Alonso de Acosta y María de Alor.
En 1535 obtuvo permiso para pasar a Nombre de Dios, uno de los primeros asentamientos españoles en América y la población más antigua fundada por europeos en el continente americano, en lo que hoy es Panamá.
Cuando Francisco Pizarro solicitó auxilio para sofocar la rebelión incaica promovida por Manco Cápac, respondió al llamado e integró la conquista del Perú.
Soldado del bando de Gonzalo Pizarro, participó como alférez mayor en la fallida expedición al interior del Perú en 1540, cuyo resultado fue el descubrimiento del Amazonas.
Intervino en la conspiración contra el gobernador Cristóbal Vaca de Castro en Cuzco, y tras el fracaso del movimiento, se trasladó junto con Gonzalo Pizarro a la ciudad de La Plata. Posteriormente, lo acompañó en la Gran Rebelión de 1544 de los encomenderos contra la corona española, protesta motivada por la promulgación de las Leyes Nuevas de 1542, que protegían a los indígenas y limitaban los abusos de los encomenderos.
Tras el nombramiento de Gonzalo Pizarro como gobernador del Perú, Acosta encabezó la persecución del virrey Blasco Núñez Vela hasta Popayán, participando en la batalla de Iñaquito como capitán de arcabuceros. Como reconocimiento a su destacada actuación, fue designado alguacil mayor del Perú.
Dirigió acciones contra los partidarios de la causa real. Tomó parte en la batalla de Guarina en 1547 y, tras resultar herido, regresó al Cuzco para colaborar con Gonzalo Pizarro en la organización de la resistencia contra el avance de Pedro Lagasca. Lideró un contingente de treinta jinetes y cincuenta arcabuceros que intentó, sin éxito, impedir que el ejército real cruzara el río Apurímac. Fue capturado tras la derrota de los pizarristas en la batalla de Jaquijahuana, cuando numerosos soldados y capitanes de Gonzalo desertaron y se unieron a las fuerzas reales.
Fue condenado a la horca y a la confiscación de todos sus bienes, incluida su encomienda de Pocona. La sentencia se ejecutó el 10 de abril de 1548 en Cuzco.
Por haber sido considerado traidor, su cabeza fue expuesta en la picota.